Misteriosos son los rumbos de la vida, sus sendas cual autopistas nuevas, cuyos finales de rutas a veces desconocidas, envuelven, enredan y se presentan, dudo dudas de a donde llegarán. Repentinos caminos nacen, viejos caminos sucumben, se desmoronan de repente, también personas van y vienen, te dejan atrás o se detienen. ¿Como reconocer los caminos? Por las señales que muestran. Un día estaba seguro del cartel gigante que veía, pero lo ignoré como un tonto. | Decía lo que no quería. ¿El amor es ciego, te vuelve bobo? El problema es el no pensar, uno aprende, a veces... pero... ¡Ya se ha tomado una ruta¡ Observando las huellas los carteles y las gentes, en la vida las querellas; mejor no apresurarse, antes, pensar. |
miércoles, 13 de octubre de 2010
Misteriosos son los rumbos de la vida
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